Energía nuclear, ¡nunca más!

Ante la campaña en favor de la energía nuclear y de la construcción de más reactores nucleares en México, que se ha desatado a raíz de los trágicos acontecimiento en Japón; el día de hoy, académicos y organizaciones exigeron abandonar todo proyecto de energía nuclear e impulsar las energías renovables como la vía para enfrentar al cambio climático.

Los académicos e investigadores que participaron en este pronunciamiento son: Dr. Alejandro Nadal, del Colegio de México y director del grupo de trabajo sobre economía y medio ambiente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; Dr. Claudio Estrada, director del Centro de Investigación en Energía de la UNAM; Dr. Eduardo Rincón, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México  y de la Universidad Autónoma del Estado de México; Dr. Marco Martínez Negrete, de la Facultad de Ciencias de la UNAM; Dr. Rubén Dorantes, de la UAM Azcapotzalco; la geóloga María Fernanda Campa, de la UACM y de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad; Giancarlo Delgado, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, así como Claudia Gutiérrez de Vivanco, del Grupo Antinuclear Madres Veracruzanas.- Además estuvieron presentes Alejandro Calvillo, de la organización El Poder del Consumidor y Gustavo Ampugnani, director de campañas de Greenpeace México. 

Sobre los alcances de lo que está sucediendo en Japón

El Dr. Alejandro Nadal explicó que en los últimos 15 años, la compañía japonesa TEPCO, dueña y operadora de la planta de Fukushima, se vió envuelta en una larga historia de mentiras y manipulación de la información sobre la seguridad en sus plantas nucleares. En algunos casos varios de sus funcionarios incurrieron en responsabilidades penales. Su credibilidad es muy pobre y su conducta en esta catástrofe no hace sino empeorar esta situación. Lo que está sucediendo en Japón, tiene que ser la sepultura total de la energía nuclear a nivel mundial como opción para obtener energía

El Dr. Claudio Estrada agregó que esta catástrofe pone una vez más de manifiesto el riesgo de la tecnología nuclear. Si bien se ha avanzando mucho en medidas de seguridad en los reactores, lo cierto es que sigue siendo una tecnología altamente riesgosa y siempre pueden haber imprevistos. Estos imprevistos la hacen insegura porque si pasa algo, se pone en jaque a miles o millones de seres humanos.

Giancarlo Delgado explicó que la radiación altera la carga eléctrica de los átomos y moléculas que conforman las células de nuestro cuerpo, por lo que consecuentemente incluso dosis bajas de radiación llegan a producir anormalidades en el sistema inmunológico, pero también leucemia en un lapso de cinco a diez años después de la exposición, cáncer en el rango de 12 a 60 años y enfermedades o mutaciones genéticas y anomalías congénitas en generaciones futuras.

Para Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, la catástrofe de Japón está exhibiendo la incapacidad del lobby nuclear de proteger a la población de un desastre. La información que se da a la población mundial sobre un siniestro de inmensas dimensiones territoriales y de afectación a la salud de posiblemente millones de personas, se deja en manos de una empresa privada y sus intereses. Calvillo agregó que la ausencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica para informar y enfrentar el problema confirma su papel de promotora de la industria nuclear por encima de su supuesta función como entidad reguladora internacional que debe garantizar la seguridad de esta tecnología. Esta catástrofe es una prueba más de que los reactores nucleares no son intrinsecamente seguros y que las consecuencias de un accidente grave son inadmisibles por sus consecuencias devastadoras tanto por su afectacióna amplios territorios como sus efectos en la salud de la población que se pueden extender por generaciones.

Las verdaderas alternativas para resolver la demanda energética del mundo
La catástrofe en la central nuclear de Fukushima, de la cual ahora sólo vemos la punta del iceberg, obliga a una revisión de las condiciones en las que opera la central nuclear de Laguna Verde por un cuerpo de expertos independientes que pueda tener acceso a toda la información de la planta. Los reportes internos que se han logrado filtrar demuestran riesgos altos en su seguridad y la violaciones a las condiciones establecidas para que se le otorgara la licencia de operación. Por lo pronto, las declaraciones de Juan Eibenshutz, en relación al accidente en Fukushima, son suficientes para cuestionar su desempeño al frente de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardas.

Claudia Gutiérrez de Vivanco, del Grupo Antinuclear Madres Veracruzanas, comentó que los dos reactores de la Central Nuclear de Laguna Verde ya son viejos, es un hecho innegable: más de 20 años en su proceso de construcción, 21 años de operación comercial, más de 55 paros de emergencia que han repercutido en la vida útil de ambos reactores. Son tan vulnerables como las plantas de Japón en su sistema de enfriamiento a base de agua (BWR), que paradójicamente no funciona sin energía eléctrica.

La geóloga Maria Fernanda Campa, de UACM y de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad comentó que en México ha habido un amplio rechazo a la energía nuclear. Dijo que es una aberración permitir que se instalen más plantas nucleoeléctricas y sin saber cómo y dónde se están depositando los residuos, señaló.

Gustavo Ampugnani, director de campañas de Greenpeace México señaló que las nucleares no sirven para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático. Duplicar la capacidad instalada actual, pasar de 440 reactores a 880, apenas reduciría un 5 por ciento de los gases contaminantes. Por lo tanto, no es significativo el aporte de las nucleares para combatir el cambio climático.

Claudio Estrada agregó que esta es una oportunidad para que México reconozca la finitud de los hidrocarburos y el impacto ambiental que estos causan, y el momento para desarrollar y utilizar masivamente las energías renovables, como la solar. México es un país con un recurso solar privilegiado en el mundo, tenemos muchísimo sol, mucho viento, tenemos geotermia, somos líderes internacionales en geotermia.

El Dr. Rubén Dorantes, de la UAM Azcapotzalco en materia de seguridad energética el desarrollo de plantas nucleares en México nos metería en serios problemas no solo por la enorme dependencia tecnológica que esto implicaría, ya que en México no tenemos ningún desarrollo tecnológico e industrial en esta materia y además ni siquiera somos capaces de producir el “combustible nuclear” que requieren los reactores, todo lo tenemos que comprar del exterior con una vulneravilidad enorme. Así nuestra dependencia tecnológica en materia nuclear en casi del 100 por ciento. Por otra parte, si seguridad energética implica producir energía en forma segura y limpia la energía nuclear no garantiza para nada ninguno de estos dos aspectos, porque es una forma de energía de alto riesgo y los desechos nucleares representan una de las basuras más contaminantes y peligrosas que produce nuestro actual desarrollo.

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